sábado, 9 de febrero de 2008

La Guerra de Todas Las Noches...

La noche llega, se aproxima la hora de dormir y yo tratando de aprovechar el tiempo al máximo antes de que mi mente y cuerpo me exhijan descanso obligatorio. Dan las 2:00am, entre lucha y lucha, la mente y el cuerpo utilizan el sueño como arma primordial y me declaran la guerra.

La primera batalla ocurre a las 2:23am, ellos (mente y cuerpo) ganan haciendome cerrar los ojos a media asta y obligandome a estar recostado para tratar de "descansar" sin dormirme.

La segunda batalla toma lugar en la cama, exactamente a las 2:46am cuando yo me tuve que acostar y utilizar la computadora de tal forma. Lo que fue la segunda victoria para ellos.

La tercera batalla, la gané yo. Sucedió a las 3:18am y mi ataque principal fue hacer un post en mi blog y chatear con uno de los desvelados que aun estaban conectados a esas horas, obligando así a mi mente y cuerpo a trabajar de nuevo para distraer sus ataques directos de sueño masivo.

No habían pasado ni 20 minutos cuando ya se me habían acabado las municiones (pues el desvelado ya se había desconectado :S), es allí cuando me atacan con lo que yo llamaría "sus armas nucleares". Estas armas atacaban de la siguiente forma; Todo lo veía borroso, ya tenía los ojos a más de media asta, me sentía incómodo de cualquier forma que usaba la computadora en la cama, y, pues, de la única forma que me sentía cómodo era acostado normalmente y con los ojos cerrados (es decir, dormido), pero ese ataque no fue suficiente para derrotarme. Me puse a buscar informaciones no necesarias en Google y no me dormí, por lo que puedo decir que gané la cuarta batalla.

Hasta ahora había un empate, los dos habíamos ganado 2 batallas. Pero fue a las 4:02am cuando de repente me quedé embelezado, mirando la computadora sin hacer nada, y viendo como mi mano voluntariamente deslizaba el cursor de la compu hacia el botón de apagar, todo fue tan rápido, la computadora se apagó más rápido de lo normal (parecía estar poseída por mis enemigos) y así mismo mis ojos también se cerraron de manera voluntaria. Es lo último que recuerdo de esa larga noche...

Que conste, no fue así...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu peleas hasta contigo mismo!! como no vas a pelear conmigo?!

Anónimo dijo...

jajajaj esa es tu misma historia inspirada en tu interior... esk lo llevas en las venas jeeje