domingo, 20 de junio de 2010

El Cantante del Nombre Olvidado...

En algún día de alguna primavera el cantante vio a la señorita entrar al edificio y no pudo esperar a seguirla. Ella entró al salón de clases, que para su sorpresa era el mismo que a él le tocaba. Rápidamente la ubica y se sienta a su lado.

Joanna era la intermediaria perfecta para esto, ambos la conocían. El cantante de una forma que desconozco logró establecer conversación con la señorita. Ambos eran cristianos, por lo que esto traía a flote muchos temas de los cuales platicar.

- Soy cantante. -dice él.

Ella, pensando que era una broma, suelta una carcajada y se burla de él en su propio rostro. El cantante, sorprendido, recalca:

- Es en serio.

La señorita, avergonzada, cambia el rostro de risas repetitivas a seriedad constante.

- Ah! -responde ella, sin nada más que decir.

Los días pasaban y el cantante se limitaba a hablar con ella de temas superficiales, temiendo mostrar síntomas de afecto hacia ella… temiendo mostrar la flecha que le había clavado Cupido. Su corazón temía ser humillado.

Joanna, quizás con alguna intención oculta, los invita a ambos a su casa para hacer una deliciosa comida, cuyo trágico nombre no recuerdo. Los sucesos que allí sucedieron solo lo saben el cantante y la señorita.

Los exámenes llegan, él se sienta al lado de ella. Compartían “chivos” y miradas apasionadas, entre borradores y sonrisas. Ella perdía su terrible fobia por los exámenes cuando él estaba a su lado, él solo escuchaba una melodía en su voz.

Terminado el semestre. Ambos pasan con la misma nota.

- Gustavo, ella y yo somos almas gemelas. -le dice el cantante a su amigo.

Dos años después, ella no recordaba su nombre. Solo sabía que era cantante. El cantante del nombre olvidado…

[Una historia real...]