viernes, 12 de diciembre de 2008

Recuerdos de una Mente Asesina... | Parte 2

(... continuación de Recuerdos de una Mente Asesina | Parte 1)

M.A.:
¡Oh! Sr. Gorby, nos volvemos a encontrar.

Me dijo mientras me sentaba en aquella silla de hierro que a los 5 minutos hacía doler hasta el alma.

G.Oz: Así es. Cinco meses han pasado y aun recuerda mi nombre.
M.A.: ¿Cómo olvidarlo? Usted es una persona con la que me agrada hablar, los demás periodistas solo dicen bobadas. Sin embargo, usted y yo nos entendemos mejor.
G.Oz: ¿Por qué lo dice?
M.A.: Bueno, usted hace preguntas interesantes, aunque, realmente a veces sale con algunas estupideces, pero lo comprendo.
G.Oz: Bueno… entonces, ¿quiere que lo siga llamando “Sr. X”? ¿O ya encontró un nombre más apropiado?
M.A.: Si quiere me puede llamar “Sr. Z” o también me puede llamar…
G.Oz: Creo que “Sr. X” está bien. O mejor, ¿le puedo llamar Mr. X? le da un tono más ficticio.
M.A.: Ok.

Abro el folder donde se encuentran unas que otras preguntas y sin más que decir empiezo a cuestionar. Algunas preguntas eran secas, crueles, porque no habría de tener compasión con este asesino desgraciado. Ni siquiera debería estar hablando tantas cosas fuera de lugar para que no fuese a creer que soy su amigo.

G.Oz: ¿Qué sintió cuando dictaron su sentencia?
M.A.: Cadena perpetua no es tan malo como suena. Solo es cuestión de acostumbrarse y aceptar que en este lugar empieza la nueva y única vida que voy a llevar.
G.Oz: Es decir, ¿Le da igual? ¿Lo que venga para usted está bien?
M.A.: Todo en esta vida debe ser aceptado como venga, porque si Dios lo ha permitido, es con un propósito especial y único en cada ser humano.
G.Oz: Ajá, ahora es religioso.
M.A.: Siempre he tenido ese toque espiritual que me hace diferente a los demás.
G.Oz: ¿A los demás asesinos? ¿O a las demás personas?
M.A.: ¿Quiere decir que los asesinos no son personas?

No le respondí porque, aunque todos son personas iguales, considero que los asesinos son unos inhumanos que deberían exterminar en masa y de una buena vez.

Mi odio hacia ellos era más que el de los mismos familiares de las víctimas, más que todo el mundo. No sé si debía a algún trastorno de mi niñez u otra cosa parecida. Solo sé que los odiaba a muerte a cada uno por igual. Aun así decidí estudiar sus mentes para conocerlos un poco mejor, por eso estaba allí, frente a aquel miserable.

G.Oz: … ¿Cómo ha sido su relación hasta ahora con los demás reos?
M.A.: Todo muy bien, gracias por preguntar.
G.Oz: Hábleme sobre eso.
M.A.: He conocido personas que se dedicaban a lo mismo que yo, pero me he quedado sorprendido con algunos que, según ellos, lo hacían solo por placer. Eso si es algo cruel, matar a alguien por simple placer. Yo, por lo menos, ayudaba a la sociedad…
G.Oz: ¿Que usted ayudaba a la sociedad? ¿Matando personas?
M.A.: Usted lo ve así, pero yo diría que acabando con la maleza desde la raíz. Los malos no son los que hacen cosas malas, sino los que influyen a esos que hacen dichas cosas. Esos vienen siendo los padres del mal, discípulos de Satanás.
G.Oz: Jajajaja… discúlpeme, disculpe.
M.A.:
G.Oz: Ok, sigo con las preguntas, Míster Ex.
M.A.: No hay problema, su ignorancia no me afecta.
G.Oz: No me haga reír de nuevo.
M.A.:
G.Oz: ¿Tiene familia?
M.A.: La última vez que nos vimos fue hace 2 años, para ese entonces tenía un hermano y dos o tres tíos, no sé ahora si habrán muerto o se habrán multiplicado.
G.Oz: Una pregunta fuera de la entrevista, ¿Qué me quiso decir la última vez que nos vimos? ¿Recuerda? Lo que me dijo antes de irme.
M.A.: Creo que le dije que “La noche es el peor enemigo de aquellos que creen estar protegidos… Mas, el día, es el mejor camuflaje para aquellos que esconden una mente asesina…”
G.Oz: Así es.
M.A.: Y ¿Qué parte no entiende? Eso está más claro que el agua, ¿no?
G.Oz: ¿Por qué me lo dijo a mí?
M.A.: Usted era el único en la sala.

Esta vez no iba a dejar que su tono burlón, como siempre, me sacara de lugar. Al saber que él nunca me diría, opté por olvidar el tema.

M.A.: ¿Acaso le inquieta?
G.Oz: ¿Qué cosa?
M.A.: La frase.
G.Oz: No, para nada.
M.A.: Lo mantiene pensativo y curioso.
G.Oz: Olvidemos eso.

Mostró una sonrisa que utilizaba como camuflaje de su maldad y su frialdad. Una de esas sonrisas que nunca han inspirado confianza. En eso me suena el teléfono celular, era mi amiga Jessica V. avisándome una emergencia, la periodista Karla P. había tenido un accidente mientras conducía en estado de embriaguez junto a sus colegas Miriam V. y Nixia A. No se sabía el estado de ningunas, así que di por concluida la entrevista. Me paré del asiento y recogí los papeles.

M.A.: Alguna emergencia Sr. Gorby?
G.Oz: Unas colegas tuvieron un accidente, se desconoce el estado de ellas, voy para allá.
M.A.: ¿Cómo sabe que fue un accidente?
G.Oz: Eso me dijeron por el celular. ¿Qué quiere decir?
M.A.: Un accidente no es accidente hasta que se demuestre.
G.Oz: Yo más bien diría que un accidente es accidente hasta que se demuestre lo contrario.
M.A.: ¡Vaya! Ya no se deja manipular la mente tan fácil.
G.Oz: ...
M.A.: ¿Algún consejo final de esos que me dio la otra vez?

Apagué la cámara y lo miré...

G.Oz: Sí... Ya que el juez no lo mandó a matar, espero que el diablo le ruya el cuerpo y le absorba el espíritu.
M.A.: ¡Wow! ¡Qué profundo! Usted escribe, estoy seguro.
G.Oz: Adivinó. Hasta luego, Sr. X... perdón, Mr. X.
M.A.: Espero su visita de nuevo. Recuerde que debe terminar con la entrevista.
G.Oz: Y usted recuerde mi consejo.

Salí del cuarto y, de espaldas hacia él, supe que me miraba con aquella sonrisa maquiavélica que lo caracterizaba y ojos profundos que escondían reflejos de tanto misterio.

(... continúa en Recuerdos de una Mente Asesina | Parte 3)

martes, 9 de diciembre de 2008

It's Hard Being Me!!




Incomprendida pero comprensible, inteligente, extrovertida, madura e insensata a la vez. Honesta, enemiga de la hipocresía, alegre, contagiosa de felicidad y optimismo. Su rostro eufórico reflejaba su personalidad.

En su lado oscuro, la venganza era placer. Casi de forma maquiavélica lograba sus objetivos, esto era para ella un reto sin igual. Su fuerte carácter se escondía detrás de sonrisas veraces que transmitían su naturalidad, y su realismo la privaba de quimeras y utopías ilusorias.

La rutina no la poseía, ella adaptaba el tiempo a sus necesidades, rompiendo la monotonía muchas veces. Temerosa de Dios, pero cómplice del mundo. La disco no era una opción a despreciar. Esos tragos sociales que no perjudicaban a nadie. El estudio y el trabajo no lo era todo, la diversión estaba adherida, al igual que el espacio para el amor.

Los celos no la controlaban en ningún momento, porque su seguridad y su confianza en sí misma desarrollaron en ella esa virtud. Las fotografías eran su pasión, ser capturada en cada momento, en cualquier estado. Su pasatiempo se divide en teléfono, cine, chat, mensajes de texto, y, naturalmente, el shopping; algo que caracteriza al ser femenino, el ser de la divinidad.



"It's just too hard being ME!"